El caso de Miguel
Miguel es un chico de 28 años, que a los 16 años empezó a tener pensamientos intrusivos que le costaba controlar y que le llevaban a tener algunas "manías". Todo se inició un día que estaba en la playa y se pinchó con la aguja de una jeringuilla; desde aquél momento, empezó a preocuparle tanto la idea de contagiarse de VIH, que no pudo evitar empezar a llevar a cabo una serie de conductas que le ayudaban a quedarse algo más tranquilo: comprobar los sitios donde se sentaba y pisaba, revisar los objetos que tocaba, asegurarse de que no había sangre ni jeringuillas entre sus pertenencias, etc. Todo este despliegue de rituales conllevaba un tiempo enorme perdido en cada pequeña tarea o actividad, por lo que acabó evitando realizar cada vez más actividades y recluyéndose más y más en casa. Miguel sabía que su miedo era irracional, pero no podía evitar tener todas esas "manías" y llevar a cabo sus rituales.
Leer más | Posted on 03.07.2012. by
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El caso de Javier
Javier es un arquitecto de 46 años. Desde los 19 años tiene pensamientos que se repiten y no puede quitarse de la cabeza: cree que si toca a otras personas o los objetos que han sido tocados por otras personas, se contaminará con microbios y cogerá una enfermedad. Para evitar la contaminación, siempre que puede, va con guantes y así no toca ninguna superficie o persona. Cuando no le es posible evitar el contacto, inmediatamente después se lava las manos durante 10 minutos. Ha llegado a lavarse las manos 50 veces al día. Esta situación es insostenible, ya que Javier se está alejando cada vez más de su familia y amigos, con el fin de evitar el temido contagio. Así mismo, en el trabajo está empezando a tener problemas por pasar más tiempo en el lavabo u organizando la manera de no tocar ningún objeto, que concentrado en sus tareas. Javier afirma que sabe que su miedo es irracional, pero no puede evitarlo.
Leer más | Posted on 09.12.2010. by
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Aprenda a vencer sus obsesiones y rituales
¿Tener obsesiones es una enfermedad? ¿Cuando se sebe buscar ayuda?
Numerosas investigaciones muestran que el 90% o más de la población tienen obsesiones y compulsiones alguna vez en su vida. Existen muchas personas que no pueden irse de casa sin comprobar que la puerta y el gas están bien cerrados, aunque sepan que sí lo están. Se considera que una persona padece TOC, y que por lo tanto requiere tratamiento, si los problemas interfieren en su calidad de vida. Así pues, no supone lo mismo comprobar una vez el gas, que hacerlo multitud de veces al cerrar cada puerta y cada luz y que a su vez esto impida, por ejemplo, que lleguemos puntuales al trabajo.
Leer más | Posted on 05.05.2009. by
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